Berta Isabel Cáceres Flores fue una liderada indígena lenca, feminista y activista del medio ambiente hondureña, siendo especialmente mediática su actividad en contra de la privatización de los ríos. Lucho también contra proyectos mineros y madereros.
Desde el golpe de estado de 2009, se han iniciado en Honduras una gran cantidad de megaproyectos muy destructivos para el medio ambiente, que acarrean el desplazamiento de comunidades indígenas y la privatización de ríos y territorios.
Al no consultar a la comunidad local sobre el desarrollo del proyecto, las empresas habían violado la ley internacional. Se inició una campaña de protestas que fue sofocada por los militares de Honduras . Abrieron fuego contra algunos miembros del COPINH, quienes realizaban una protesta pacífica, causando la muerte del dirigente Tomás García y tres heridos. En mayo de 2014 se produjeron dos asesinatos más y otros tres activistas resultaron gravemente heridos.
En 2013 Cáceres, junto a otros dirigentes indígenas, fue acusada de inducir a cometer los delitos de usurpación, coacción y daños continuados y se le dictó una medida de prisión preventiva. En respuesta a este hecho Amnistía Internacional declaró que los cargos deberían ser retirados y que si los activistas eran encarcelados serían considerados presos de conciencia.
El 2 de marzo de 2016 fue asesinada tras años de amenazas por su activismo. Su muerte fue ampliamente condenado en todo el mundo.
La corte declaró que el asesinato fue ordenado por ejecutivos de la compañía DESA debido a los retrasos y pérdidas económicas que suponían las protestas de los grupos ecologistas, y contrataron a un grupo de sicarios para llevar a cabo el crimen.
Cofundó el COPINH para reivindicar los derechos de los lencas.
Fue galardonada con el premio medioambiental Goldman.
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