lunes, 30 de diciembre de 2019

Me ha costado más decidirme que el parto de un elefante.

El primer post de un blog debe ser una presentación y aquí va.
Me llamo Rocío, estoy en la treintena en Madrid muy gustosamente porque soy una urbanita confesa. Me he trasladado desde mi idolatrada Malasaña hasta Usera, bendita linea 6. Me definiría como multitarea, curiosa y creadora de proyectos inacabados, de hecho tengo una habitación llamada pi en honor a esta cualidad mía. No es que abandone proyectos simplemente mi inmensa capacidad de tener siete millones de aficiones me hace no poder centrarme en unas pocas en concreto.
Aquí dejo una enumeración de algunas de ellas: teatro, cine, comida, manualidades, lectura, videojuegos, vinos, deporte...
Desde hace tiempo tenía el nombre en mente y muchas personas me han insistido en que lo ponga en marcha. Agradezco su paciencia a todas ellas. Pues ese día ha llegado por fin. El nombre tiene una explicación, yo convivo con un ente llamada mente que no deja de funcionar excepto en contadas ocasiones, como cuando caigo en coma, yo no duermo directamente llega un momento en que me apago, y cuando algo me apasiona mucho muchísimo. El resto del tiempo está ahí haciendo ruido y por eso me gustaba ese símil de lo que sería vivir debajo de una bolera.

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